HERMANDAD DEL SANTO SEPULCRO

Se funda la Hermandad del Santo Sepulcro en 1957, auspiciada por el entonces párroco de San Pedro Apóstol don Federico Sala Seva, gran promotor e impulsor de la Semana Santa noveldense.

Anteriormente a esa fecha, y tras la Guerra Civil, procesionaba por nuestras calles la imagen de Cristo Yacente, que adquiriese para la Parroquia de San Pedro, la familia Albeza Vidal. Para don Federico, dicha imagen de pequeñas proporciones, adquirida en Olot, no estaba a la altura del resto de tallas que procesionaban en nuestra Semana Santa. Como tampoco lo estaba la urna en que lo hacía, compuesta por los pocos trozos que que- daban de la que fuese destruida durante la contienda del 36. De ese modo, en 1956 encargaría a los prestigiosos Hermanos Blanco de Alicante, la talla y el trono que actualmente procesionan.

Así mismo, alentaría a la fundación de la Hermandad, para que se encargase de todo lo relacionado con la imagen y su salida en procesión.

Tanto el trono como la talla fueron sufragados popularmente por un innumerable número de noveldenses, que cada mes aparecían en la hoja parroquial de entonces, dando cuenta del dinero que se iba recaudando.

Este hecho, y al ser la mayoría de ellos, vecinos de las calles por donde discurría el cortejo, hizo que se mantuviera la Solemne Procesión del Santo Entierro por las calles por donde tradicionalmente había transcurrido, en los años en que emergía la idea de cambiarla por calles mas anchas y que dificultaran menos el discurrir del cortejo.

La hermandad del Santo Sepulcro, consciente del legado que heredaba en aquellos años, con enseres de gran valor, así como el ser la protagonista de la procesión más antigua de nuestra ciudad, la del Santo Entierro, ha sabido custodiarlo y hacer de sus desfiles procesionales unos de los mas significativos de nuestra población, caracterizados por la seriedad y respeto que les imprimen. Sabiendo renovarse a lo largo del tiempo. Así, sería la primera Hermandad que retomaría la costumbre de portar el trono a hombros, animando con ello al resto de cofradías. Y protagonizando una estampa bellísima al termino de la procesión del Viernes Santo; el Encuentro de la Soledad, con su hijo fallecido.


IMAGEN DE CRISTO YACENTE

La imagen

Tallado y policromado por los Hermanos Blanco en 1956 en la ciudad de Alicante, se encuentra expuesta al culto en la Parroquia de San Pedro Apóstol. En el año 2001 fue restaurado por el escultor y restaurador Mariano Spiteri Sánchez (Jumilla).

Escultóricamente, se caracteriza por la sensación de realismo que desprende, junto con un enorme virtuosismo técnico. El realismo es conseguido por un perfecto estudio del natural, destacando la delicada observación anatómica, donde son claras las influencias de los clásicos barrocos en escultura religiosa. El estudio anatómico es preciso, advirtiéndose la crudeza de la carne, y la presencia de los huesos y tendones bajo la piel. La enorme expresividad de toda su anatomía realza sobre todo, a primera vista, su naturaleza humana, mostrándose así un cuerpo estremecedor, donde los Blanco consiguieron algo muy difícil en escultura: la relajación post mortem. Como toda obra procesional, posee multitud de puntos de vista, aunque domine la frontalidad; pero esta imagen esconde quizás un punto de vista especial: el bellísimo escorzo que obtenemos si la miramos desde los pies, mostrándonos el enorme trabajo del paño, y dejándonos apreciar la belleza clásica de la talla.

La escena

El entierro de Cristo, que en escultura se conoce como Santo Sepulcro, se consolida como paso procesional en los siglos XVI y XVII, donde Cristo aparece sobre una mortaja, acompañado de la Virgen, San Juan, José de Arimatea y Nicodemo; sin embargo, esta representación va a sufrir un cambio en el siglo XVI, ya que los nuevos conceptos clasicistas del Renacimiento van a transformar la manera de representar este tema, sustituyéndose el amortajamiento de Cristo por su traslado hacia el sepulcro.

Una nueva variación del tema se producirá en el siglo XVII: se consolida la iconografía que ha llegado hasta nuestros días, consistente en remplazar las figuras que portan el cadáver de Cristo por ángeles, creándose así la tipología característica del Santo Sepulcro Barroco, donde toda la carga dramática del paso se centra únicamente en el Cristo Yacente, eliminándose las figuras de José de Arimatea, Nicodemo e incluso se separa a la Virgen y a San Juan: sólo los ángeles son dignos de llevar a Cristo a su sepulcro.

El trono

Trono de madera tallada, revestida con pan de oro. Consta de 4 laterales en los que sobresalen los relieves que enmarcan los escudos, el de Novelda en la parte trasera del trono, el de la hermandad en los laterales, y las iniciales «J.H.S.» en la parte frontal. Los cuatro querubines que custodian el trono, portando símbolos de la pasión fueron obra, al igual que la imagen, de los Hermanos Blanco.

Autor: Hermanos Blanco.(Alicante) Fecha de realización: 1956

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