HERMANDAD DE JESÚS CAÍDO

Corría el año 1.956 cuando un grupo de unas veinte personas iniciaron las gestiones para la fundación de la Hermandad de Jesús Caído, consiguiendo de antemano el permiso del párroco de la Iglesia de San Pedro, D. Federico Sala Seva.

Los Hermanos Blanco, escultores de reconocido prestigio de la ciudad de Alicante, realizaron la primera maqueta, basándose en las indicaciones de los socios y en un dibujo a plumilla de las imágenes realizadas en 1.881 y destruidas durante la guerra civil, por querer la Hermandad que fuese lo más parecido posible al anterior.

Tras una reunión general se estableció la primera Junta Directiva, quedando compuesta por Enrique Seller como Hermano Mayor; José María Cantó como Secretario; José Luís Sánchez como Tesorero; Manuel Doménech como Relaciones Públicas; y Joaquín Juan Pérez, Luis Candela y Vicente Segura Martínez como Vocales. Por haber entre sus Socios, fundadores y propietarios memorables industriales del mármol o relacionados con el mismo, muchas personas lo conocían como el «Cristo de los Marmolistas, protector del Marfil, Rojo Alicante, Coralito o Bateig, sostén y vida de Novelda”.

Con una entrega por parte de cada socio de 1.000 pesetas, se pudo contratar por fin las imágenes, siendo sufragado el resto, con muchos sorteos, loterías y rifas. La entrega de las imágenes se realizo a primeros del año 1.957 y se llevo a la Ermita de San Felipe Neri. El mismo día de su primera procesión fue bendecido por el Padre Pablo de los Padres Reparadores, que hasta su traslado de Novelda actuó como asesor religioso, y actuaron como padrinos de la ceremonia; Mari-Paz Segura Cerdá y Enrique Seller Castelló.

Siguiendo la tradición de la antigua Caída, siempre se procuro el contratar una Banda de Cornetas y Tambores para las procesiones, pero debido a los problemas de contratación, se llegó a comprar un equipamiento completo, compuesto por todos los instrumentos y trajes, los cuales fueron utilizados por los alumnos internos del Colegio de los Padres Reparadores durante algunos años.

Se realizaron innumerables gestiones para poder colocar el paso en el antiguo lugar que ocupaba en la Iglesia de San Roque, en el hueco que hoy ocupa el camarín de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, pero ante dicha imposibilidad, se optó por colocarlo en el que ocupaban las sillas que por aquel entonces se alquilaban para oír Misa. Para poder obtener el permiso se tuvo que acceder a unas condiciones entre las que se recuerdan: -Encargar y pagar todos los bancos para poder eliminar las sillas. -Poner piso nuevo. -Adecentar el camarín con cristaleras, enlucidos e iluminacion. -Cambiar la puerta de entra- la de la iglesia, debido al mal estado en que se encontraba y restaurar la fachada. Durante los años 50 y principios de los 60, la Hermandad, además de participar en la Solemne Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo, realizaba su Vía Crucis propio, en las noches del Domingo de Ramos.

Actualmente, participa en la Solemne Procesión del Miércoles Santo, en el Vía Crucis Penitencial (Viernes Santo) y en la Solemne Procesión del Santo Entierro (Viernes Santo).

En la actualidad posee banda de tambores propia, y en la Solemne Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo ya es tradicional que la Banda de Música de Petrer acompañe con sus marchas procesionales al Cristo de la Caída.

Visten sus hermanos túnica y capa dorada, capirote, guantes, botonadura y cíngulo granates.

Se compone su escudo de una cruz en la que, bajo su cruceta, aparece una corona de espinas en cuyo interior y entrelazadas muestran una lanza y una trompeta. Poseen Estatutos Eclesiásticos, aprobados el 24 de mayo de 2001, y se caracteriza esta Hermandad por la gran cantidad de hermanos que llega a reunir en la Solemne Procesión del Santo Entierro, rondando los doscientos asociados.

RELACIÓN DE SOCIOS FUNDADORES DE LA HERMANDAD: Enrique Seller Castelló, José María Cantó Cantó, José Luís Sánchez, Manuel Domenech Ruiz, Vicente Segura Martínez, Benito Plaz Blázquez, Joaquín Juan Pérez, Luis Abad Pina, José Aracil Granero, Luis Candela, José Coloma Manchón, Félix González, Luis Pérez Beltrá, Antonio Rohan Martínez, Vicente Segura Cerdá, Francisco Segura Torregrosa, Herminio García.


GRUPO ESCULTÓRICO DE JESÚS CAÍDO

Las Imágenes

Este conjunto escultórico, expuesto al culto en la Parroquia de San Roque, está compuesto por la imágenes de Jesús Caído con la cruz a cuestas, un trompeta y un sayón instando a Cristo a levantarse. Las imágenes fueron talladas por los prestigiosos y reputados Hermanos Rafael y Fulgencio Blanco en la ciudad de Alicante en 1957. Destacan en ellas la ejecución de los rostros de Cristo y el sayón, acentuándose la resignación y sufrimiento del primero y la ira y agresividad en el segundo. Siguen estas imágenes la misma puesta en escena que las que talló Domench Talarn para la Hermandad de Jesús Caido en 1881 y que desaparecieron en 1936.

La escena

Siguiendo el Vía-Crucis que es conmemorado por la piedad cristiana, pero cuyo culto es de origen más antiguo, Jesús partió camino del Calvario rodeado de una escolta de soldados y cargando con su cruz. Sin embargo sus fuerzas debían estar exhaustas después de tan larga vigilia y tantos sufrimientos, pues según la tradición, cayó hasta tres veces. Esta tercera vez es la que se ha querido plasmar en este paso, que correspondería a la representación de la novena estación del Vía-Crucis. Esta tradición conserva el recuerdo de las callejas y de los caminos de Jerusalén por los que, sobre una distancia de unos quinientos o seiscientos metros, pasó Jesús. Está señalado con catorce estaciones (si bien la primera y la última no están en «el camino», sino en el pretorio y en el Gólgota) entre las cuales algunas ilustran escenas evangélicas, y otras proceden de la enseñanza oral.

Andrés Codesal Martín, en su Vía Crucis describe así la escena: «Cuando ya faltaban pocos metros para llegar al lugar de la crucifixión, Jesús está tan fatigado que ya no puede más. Los verdugos estaban ansiosos de verlo cuanto antes colgado de la cruz, le insultan, le empujan y le llenan de improperios para que camine, pero el Señor, exhausto y desfallecido, cae al suelo por tercera vez.»

El trono

Realizado en 1957 por los Hermanos Blanco, al igual que las imágenes, está realizado en madera revestida con pan de oro. Resaltan en sus cuatro laterales los cuatro medallones tallados, que muestran el escudo de la hermandad orleado por elaborados relieves. Completa el trono los cuatro pebeteros situados en las esquinas, que lo iluminan con lumbre de cera líquida. Iluminación que enfatiza el dramatismo de la escena, cuando el paso, de noche, recorre las estrechas calles de Novelda, el Miércoles y el Viernes Santo. Fue restaurado en el año 2003 por Mary Montes Alenda.

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